Los edificios de oficinas ya no son iguales a los que conocíamos hace apenas un año. La pandemia aceleró rotundamente a este cambio de modalidad.
El Home office, el modelo híbrido (un tiempo en la oficina y un tiempo en casa) y la adopción del coworking (en reemplazo de las oficinas, permitiendo también el modelo híbrido casa-coworking) es un ejemplo de que los empleados ya no irán semanalmente o diariamente en forma rutinaria a un mismo lugar.
En lo referente al coworking, según Statista, en el año 2019 había unas 19.000 oficinas compartidas alrededor del mundo y la pandemia generó una tendencia que proyecta unas 26.000 para el año 2025. Ahora bien, esos espacios debieron adaptarse rápidamente, dando paso a nuevos conceptos contemporáneos. Desafíos como rediseñar los espacios para cumplir con el distanciamiento social dentro del mundo profesional, aumentar la sanitización, optimizar la higiene, revisar los sistemas de ventilación y reducir la capacidad de los ascensores son solo algunos de ellos.
Los que pudieron invertir para adaptarse, se encuentran ante una gran oportunidad ya que muchas empresas adoptaron estos lugares, en lugar de sus tradicionales oficinas, para sus empleados en combinación con el home office, en lo que sería el modelo híbrido.
Este cambio de oficinas propias a coworking, se debe a que los espacios de coworking ofrecen toda la infraestructura y servicios necesarios para estar en un ambiente de trabajo cómodo y además, las empresas se benefician con menores costos ya sea de alquiler y/o de servicios y mantenimiento. La fuerte reducción de costos que permite el coworking, les permitió a muchas empresas poder sostener sus negocios en el contexto adverso de la pandemia. Los que no se adaptaron y no tenían espacio propio, tuvieron que cerrar, dado que los alquileres en zonas de oficina suelen ser elevados en costos.
Otra de las ventajas que ofrece el coworking adaptado es la posibilidad de socializar, y ahora poder hacerlo con todas las medidas de seguridad, lo que es otra motivación importante a la hora de elegirlos.
Ya sea que trabajes en relación de dependencia o freelance, ante un futuro incierto, lo mejor que podemos hacer es ser flexibles al cambio. Ir adaptándose en forma positiva a las condiciones que frecuentemente nos impone el contexto.
En este caso, adaptarse implica subirse a la ola de la transformación digital.
Sin lugar a dudas, esto es posible gracias a la tecnología, un aliado que nos permite poder trabajar desde cualquier lugar y con la calidad requerida.
Por ello, profesionalizar nuestro talento digital ¡es la clave para este 2021!
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