Storytelling: contar una historia como estrategia de Marketing.

Las personas somos comunicativas. A cada segundo estamos transmitiendo un mensaje, incluso, a través del silencio.

Pero con las palabras que logran provocarnos emociones o retrotraernos a recuerdos memorables, somos capaces de recordar historias aunque no las hayamos vivido nosotros mismos.

Poder narrar historias es una herramienta que nos permite llegar a un público ideal para comunicarle nuestro mensaje y nuestro propósito, a través de las emociones.

Aquí es donde comenzamos a hablar de storytelling. Esta es una práctica que requiere de creatividad y, como todo proceso creativo, hay herramientas que se pueden aprender y aplicar a la hora de encarar esta tarea.

El storytelling puede lograr tanto alcance que muchas marcas han empezado a utilizarlo para la comunicación de sus mensajes. Pero no solo como estrategia de venta de su producto o servicio, sino también para generar un vínculo más estrecho y con confianza con potenciales clientes. Es decir, potenciar el engagement con los usuarios.

A nosotros, como especialistas en Marketing Digital, nos interesa su uso para comunicar mensajes claros, concisos y emotivos a la vez.

Para entender mejor de qué se trata esta estrategia, veamos en qué consiste.

¿Qué es el storytelling?

El storytelling, como la misma palabra lo dice, es narrar una historia que tiene como objetivo producir emoción sobre el lector.

Tenemos que tener en cuenta que en el ámbito del Marketing Digital, no podemos limitarnos solamente a un único canal. Lo bueno del storytelling es que podemos contar una historia de diversos medios.

Piezas de contenido como imágenes, videos, podcast o un blog son algunas de las maneras de llevar a cabo esta estrategia.

Ahora bien, es necesario tener en cuenta una serie de cuestiones que van a garantizar su éxito:

  • Siempre el primer paso es definir la audiencia a la que se quiere alcanzar. Como en cualquier otra estrategia, este punto es clave para determinar hacia dónde dirigir la historia ¿Quiénes se benefician con la historia? ¿Quiénes van a querer saber más? Pudiendo responder estas preguntas, tendremos una segmentación más acertada de nuestro público objetivo, y de esa manera, podremos definir el tono de la historia.
  • Definir los objetivos: antes de comenzar a narrar la historia, es necesario plantear cuál va a ser su objetivo. ¿Queremos vender un producto o servicio? ¿Queremos formar una comunidad? Cualquiera sea su fin, debe estar planteado de antemano, porque de esa manera, la historia no lo perderá de vista y el argumento estará alineado todo el tiempo al mismo.
  • Define tu llamada a la acción: no tenemos que olvidar que la historia que vamos a contar, es parte de una estrategia de marketing. Por lo tanto, tenemos que definir también una llamada a la acción.

Este punto va a proporcionar claridad al mensaje que queremos transmitir. Pensemos que se trata de una frase breve que engloba todo nuestro concepto y que va a llevar al público a convertirse en un potencial cliente. Es decir, que va a realizar alguna acción.

  • Definir los medios por los que narraremos la historia: como dijimos antes, hoy en día la  comunicación es global, abarca más de un canal a la vez. Contar una historia no quiere decir que necesariamente tengamos que limitarnos a su escritura. Todos los elementos que describimos anteriormente, van a darte la pauta de cuál es o cuáles son los canales más convenientes para tus objetivos.
  • Ya podés contar tu historia: Una vez que definiste todo lo anterior, ya podés comenzar a escribir. Como todas las historias, tienen un inicio, nudo y desenlace. El tono que quieras darle también va a estar alineado a los objetivos que hayas planteado y a tu audiencia.

Hasta acá parece una tarea sencilla o que al menos, alguna vez en la vida, todos pasamos por la experiencia de crear una historia.

Sin embargo, hay más factores por considerar para que el storytelling llegue a buen puerto.

Estructura del storytelling 

Como muchas de las historias que conocemos, el storytelling comparte su estructura. Esta práctica se compone de los siguientes elementos:

. Inicio: se presenta la situación, personaje y escenario.

. Contexto: agregar detalles sobre el contexto permite mayor claridad y comprensión en la transmisión del mensaje.

. Nudo: El personaje alcanza el punto álgido de la situación. En este punto también se dará la aparición del “héroe”. Éste no es necesariamente un personaje más. En nuestro caso, puede ser un producto o servicio que tiene herramientas para resolver la problemática de nuestro personaje.

. Desenlace: Una vez que se logra transmitir el mensaje completo y se resuelve la situación que enfrenta nuestro personaje, se da por finalizado el storytelling.

. Moraleja: Dejar un mensaje claro, logra reforzar el objetivo propuesto de antemano. Pero, además, es a través de este elemento que se logrará permanecer en la memoria de la audiencia.

Muchas empresas se han ido animando a la estrategia del storytelling para la optimización del posicionamiento de su marca, generando así con sus consumidores una comunidad afianzada.

Si te gusta contar historias, esta es una gran puerta para adentrarte a tu pasión. ¡Con práctica todo se aprende y perfecciona!

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